Berrocal de Zarzuela del Monte

Sierra de Zarzuela

La Sierra de Zarzuela es un conjunto de pequeños cerros y valles entre los que vamos a encontrar multitud de rocas graníticas que conforman el Berrocal de Zarzuela del Monte.

Berrocal de Zarzuela del Monte

El Berrocal de Zarzuela es un Lugar de Interés Geológico (L.I.G.) de la provincia de Segovia donde podremos descubrir todo tipo de monumentos naturales que los agentes climáticos y biológicos han esculpido en el granito.

Modelado granítico

En el Berrocal de Zarzuela tenemos ejemplos de todas las formas en las que el granito se puede presentar, algunos de ellos singulares y espectaculares.

Rocas prodigiosas

Distribuidas por toda la Sierra encontraremos rocas que por su magnitud, por su forma, por sus pareidolias o por sus leyendas populares son merecedoras de ser admiradas.

Navas y encinas

Además del granito, los prados verdes conocidos como navas y el encinar son los otros protagonistas de la Sierra de Zarzuela del Monte.

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Piedra de los Siete Rosarios

Localización: Camino del Coto.
Coordenadas: N 40º 46' 39.59'' W 04º 21' 37.36''.
Tipología: Cocinilla.
Punto de Observación: Norte.

Esta curiosa formación acumula muchas características. En esencia es una gran losa con una avanzada meteorización que le ha dado una forma irregular, con los cantos bastante redondeados y que se encuentra en vuelo apoyada sobre otras rocas.

Además tiene en su parte superior varios pilancones de tipo pit, uno de ellos de bastante profundidad y con canales de desagüe o aliviaderos.
Pero lo más destacable es que esta losa deja por debajo un gran hueco que sirve de refugio; de hecho al fondo hay un murete de rocas levantado hace tiempo por pastores de la zona para mejorar el aislamiento de la pequeña cavidad.
Y es por esta característica por lo que este abrigo, también denominados en la zona como "cocinillas", el motivo por el que esta gran losa ha pasado a formar parte del catálogo de rocas destacadas.

Cuenta la leyenda, que un día se formó una gran tormenta que comenzó a descargar agua en abundancia sobre la sierra y que tres pastores que en esos momentos se encontraban bregando con el ganado por la zona, abandonaron a los animales y corrieron a refugiarse bajo esta roca, y dicen que fue tal el miedo que pasaron estos pastores, que se pusieron a rezar el rosario y que fueron hasta siete los que les dió tiempo a rezar antes de que escampara.
En la imagen se puede ver el hueco que deja la roca y al fondo el murete seco construido a modo de cortavientos


La Piedra de los Siete Rosarios es la "cocinilla" más famosa de esta parte de la sierra, aunque no la única, ya que a escasos 150 metros se encuentra la Cocinilla de la Colada.

Los Siete Rosarios y la Cocinilla de Fuente el Caño son sin duda por sus leyendas, los refugios más destacados y conocidos por los pastores, pero hay muchos más que se encuentran dispersos por todo este territorio aunque todos están ya abandonados. Antaño estas cocinillas sirvieron a la gente del campo para guardar y preparar la merienda o echar una siesta, también es fácil encontrar multitud de huecos en las rocas, que al igual que las cocinillas, pueden salvarnos de un chaparrón en el caso de que nos sorprenda una tormenta en un paseo por el monte.
Gran pilancón sobre la losa de los 7 rosarios

El Sillòn del Obispo


Localización: Camino de los Toriles.
Coordenadas: N 40º 47' W 04º 19'.
Tipología: Bloque con gran pilancón.
Punto de observación: Este.

El Sillón del Obispo es un gran bloque de granito bastante meteorizado. Presenta una gran fractura diagonal que atraviesa un antiguo pilancón extinto en su lado izquierdo y junto a este más a la derecha, aún mantiene la estructura de una pilancón de tipo sillón con canal de desagüe (aliviadero o exutorio) en la base, por lo que ya apenas puede albergar un par de centímetros de agua cuando antaño fue una pila con un volumen importante.

El término "obispo" sospechamos que se debe a su tamaño, ya que los obispos eran conocidos por su buen comer y por lo tanto se distinguían por tener un físico bastante orondo, y seguro que alguien pensó que nuestro sillón era tan grande que era digno de las posaderas de un obispo. Otra teoría es que se deba a su altura, ya que los obispos tan respetados en el medio rural, bien merecieran por su dignidad un lugar privilegiado en lo más alto como se encuentra este pilancón.
En la superficie superior de la roca podemos observar una textura del granito claramente porfírica, con grandes fenocristales de feldespatos, lo que justificaría el alto grado de meteorización de la roca y por lo tanto la mayor facilidad para ser degradada y formar pilancones.
Para saber más sobre los tipos de pilancones y las causas que los forman recomendamos visitar la sección titulada "formas menores".

Detalle del pilancón donde se observa el exutorio en la base.

Maceteros naturales

Lo interesante de los pilancones, sobre todo aquellos que ya están extintos o que ya pueden albergar poca agua, es que al retener humedad en su seno, favorecen la proliferación de plantas rupícolas.

En concreto, en esta zona es muy habitual en estos pilancones encontrar musgos sobre todo del género Bryum, y plantas crasuláceas de tipo comófito; en casi todos los pilancones húmedos encontraremos la uña de gato (Sedum brevifolium).


En aquellos pilancones que aún tienen gran capacidad de acoger agua de lluvia y que conforman verdaderas pilas, al estar inundadas gran parte del año, en lugar de crasuláceas y musgos pueden acoger plantas de características acuáticas.